31 de enero | Madrid
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👱 Un Trump empequeñecido
Lo importante. Donald Trump volvió a los ruedos de campaña electoral este fin de semana con visitas a New Hampshire y South Carolina muy diferentes a las de sus anteriores carreras a la presidencia.
Ambos eventos generaron una conclusión similar entre medios de comunicación y observadores políticos: Trump abandera un estilo menos intenso e insólito que antaño.
Contexto. Trump asestó un golpe casi mortal contra el establishment republicano en 2016 con una campaña presidencial que se salió de todos los parámetros establecidos.
El expresidente dominó la cobertura mediática con declaraciones sorprendentemente bestias, insultos a sus rivales y mítines multitudinarios. Importaba la gente, no los aliados en Washington.
Desde entonces, los republicanos moderados que renegaron de Trump han sido desplazados a un lado y pocos se han atrevido a salir a la palestra para criticar al expresidente.
Ahora, Trump es provisionalmente el único político que ha oficializado candidatura a la presidencia, adelantándose tanto a Joe Biden como a todos sus posibles rivales en las primarias republicanas.
New Hampshire y South Carolina serán precisamente dos de los cuatro primeros estados en celebrar primarias republicanas a inicios de 2024, de ahí las visitas de Trump este fin de semana.
Por esos estados también se espera que empiecen a pasarse candidatos potenciales como Ron DeSantis, Mike Pence, Nikki Haley, Tim Scott o Mike Pompeo.
Explícamelo. Trump está estos meses siguiendo una estrategia que se parece más a las campañas de candidatos establishment que a la del torbellino que sorprendió a todos en 2016.
Fuera: los mítines con miles de personas, los comentarios viscerales contra sus adversarios y, sobre todo, el factor sorpresa.
Dentro: los eventos con donantes para recaudar fondos, las cenas de gala con representantes del partido republicano y, cómo no, las narrativas falsas previsibles de siempre1.
Sin olvidar la mayor clave de todas: Trump sigue siendo un expresidente que propagó mentiras sobre el fraude electoral en las elecciones de 2020, legitimando mentiras e incitando a que miles de sus seguidores asaltaran el Capitolio el 6 de enero de 2021.
En esta newsletter, queremos explorar en más profundidad las visitas de Trump de este fin de semana y cómo encajan en el global de la campaña presidencial de 2024.
🗣️ Las palabras
El contenido de los discursos que ofreció el expresidente en New Hampshire y South Carolina careció de novedades para los que le siguen a menudo (como nosotros).
Trump sigue aferrándose al discurso de que su candidatura proporciona una “salvaguarda” ante el avance del comunismo y el marxismo en el país, prometiendo mantener a raya a los “pervertidos radicales”.
En South Carolina, cargó contra los atletas transexuales y fue especialmente aplaudido cuando anunció iniciativas con el objetivo de desterrar la Teoría Crítica de la Raza de las aulas.
“Vamos a detener a los racistas y pervertidos radicales de izquierda que están tratando de adoctrinar a nuestra juventud, y vamos a sacar sus manos marxistas de nuestros hijos”, dijo. “Vamos a derrotar el culto a la ideología de género y reafirmar que Dios creó dos géneros, llamados: hombres y mujeres. No vamos a permitir que los hombres practiquen deportes femeninos”.
También atacó algunas iniciativas verdes que han estado abanderando los demócratas: disputó que los coches eléctricos fueran respetuosos con el medio ambiente y declaró que los molinos de viento eran una amenaza para las praderas, los océanos y las aves del país.
Al hablar de su gestión como presidente, Trump afirmó falsamente que su administración había estado a punto de eliminar la deuda soberana y prometió un plan económico que se basaría principalmente en recortes de impuestos.
Durante su presidencia, la deuda nacional creció en unos 7,8 billones de dólares hasta situarse en los 31 trillones. Es decir, un aumento de más del 33 por ciento.
Y aunque tardó en dar rienda suelta al tono burlón que le caracteriza, Trump recuperó la estrategia de insultar a sus rivales, aunque sin el poder de sorpresa (o la gracia) de otros años.
En New Hampshire, Trump se burló de Biden por haber perdido las primarias demócratas en ese estado en febrero de 2020, aún cuando el actual presidente lo venció en las elecciones generales del estado nueve meses después.
🫵 Las críticas
Entre los antiguos aliados y asociados de las campañas presidenciales de Trump gobierna la incertidumbre. Algunos de ellos han expresado su frustración con lo que describen como una comunicación mediocre desde el inicio de la campaña del expresidente el pasado noviembre.
De hecho, varios simpatizantes del expresidente han manifestado que están postergando volver a comprometerse con él a la espera de cómo se desarrollan las primarias republicanas.
Uno de ellos es Jim Renacci, excongresista de Ohio y seguidor acérrimo de Trump, quien dijo en una entrevista con The New York Times que estaba esperando a ver cómo se configuraba el resto del campo republicano antes de decidir a quién respaldar en la nominación de 2024.
“No hay duda de que el expresidente Trump ha perdido a algunas personas —independientes, gente de su base—, por lo que tiene que salir ahí afuera más lento que en el pasado. Tiene que trabajar para recuperar a esos votantes”, dijo Renacci.
Por su parte, el gobernador republicano de New Hampshire y crítico de Trump, Chris Sununu, se refirió al discurso del expresidente en el estado como “mediocre”.
Sununu, que no ha descartado una candidatura presidencial, dijo en CNN el domingo que DeSantis ganaría hoy las primarias en New Hampshire “sin lugar a dudas”.
Este último es, por ahora, el potencial competidor con más solidez de apoyos a la hora de una posible disputa con Trump.
“La respuesta que hemos recibido ha sido 'ha leído el teleprompter, se ha ceñido a los temas de conversación, se ha ido'. No está aportando ese fuego, esa energía que creo que mucha gente vio en el 2016. Creo que en muchos sentidos fue un poco decepcionante para algunos”, dijo Sununu.
🤔 ¿Y ahora?
Lo que evidencian las últimas semanas es que Trump está más debilitado desde que varios de sus candidatos perdieron en las elecciones de medio mandato del pasado noviembre.
Las derrotas de figuras como Mehmet Oz y Kari Lake certificaron que Trump ya no es el leviatán electoral que sobrepasó las expectativas en 2016.
La fragilidad de los candidatos pro-Trump en las urnas ha ofrecido una oportunidad idónea para que políticos republicanos, con aspiraciones presidenciales y sin ellas, accedan a pasar página.
Las dudas en torno al expresidente ya se están traduciendo en un fenómeno desconocido en el partido republicano en los últimos cinco años: deslealtad a Trump.
Políticos republicanos como Sununu están siendo más abiertos a la hora de criticar a Trump en público y de posicionarse a favor de alternativas como DeSantis.
Y tanto los donantes multimillonarios conservadores como miembros de medio y alto nivel dentro del partido republicano permanecen entre bastidores a la espera de más candidatos.
¿Qué candidatos? Todavía ninguno, aunque ya empieza a imperar el miedo entre los republicanos anti-Trump que creen que todos los posibles aspirantes están a la espera de que Trump se hunda por sí mismo (o sea otro el que lo hunda).
Yo estaría pendiente de Nikki Haley, Mike Pompeo o Mike Pence para estos meses de la primavera porque ahora no ejercen en ninguna capacidad de gobierno.
DeSantis probablemente esperará a que termine el ciclo legislativo de Florida en mayo y pueda justificar estar fuera de su estado haciendo campaña.
Y otros como los senadores Tim Scott o Ted Cruz puede que simplemente estén esperando a ver qué aspecto tiene el campo de candidatos conforme se acerque el verano.
En La Wikly, seguiremos atentamente los movimientos de todos y Emilio os irá actualizando en las entregas premium de elecciones que enviamos todos lo viernes.
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Más información en The New York Times.
🎬 Una recomendación
Con la colaboración de Filmin
Por Emilio Doménech
1976 es una película chilena de 2022 dirigida por Manuela Martelli. Sigue la historia de una mujer de clase alta que se ve envuelta en una red de espionaje peligrosa cuando trata de ayudar a un joven revolucionario al que le persigue el régimen de Pinochet.
Es una de las cinco películas nominadas al Goya a la Mejor Película Iberoamericana en los galardones del cine español que se entregan el sábado 11 de febrero.
Previamente, la película había aterrizado en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y se alzó con el premio a la Mejor Dirección Novel en el Festival de Londres.
La película es sin duda una demostración de que Manuel Martelli es una de las cineastas chilenas a tener en cuenta para los próximos años gracias a un gran manejo del pulso y a la mezcla del suspense y del estudio de personajes que enmarca en un momento histórico y político muy concreto.
Y más, sabiendo el buen cine que otros compañeros chilenos nos han regalado en los últimos años de mano de Pablo Larraín, Sebastián Lelio o Sebastián Silva.
Aunque el acento de grandeza lo pone una Aline Küppenheim inconmensurable. Una joya de película.
1976 está disponible en Filmin.
En otro orden de cosas, este martes vuelven nuestros repasos internacionales con una edición del ahora renombrado stream de Martes por el mundo. En esta ocasión, me centraré en Palestina, Irán e Israel con motivo del mucho movimiento que se ha producido por esa parte del mundo en estas últimas semanas.
Podrás seguir el directo a partir de las 21:00 hora peninsular española en mi Twitch.
Feliz martes,
Posdata: no eres tan buen cocinero.
Que si el fraude electoral de 2020, que si los demócratas radicales tienen previsto traer el Comunismo a Estados Unidos, que si los molinos eólicos solo matan pájaros. Esas cositas.
👱 Vuelve Trump, pero cambiado