27 de mayo | Madrid
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🇺🇸 ¿La mejor alternativa?
Por Emilio Doménech
Lo importante. Ron DeSantis, gobernador republicano de Florida, anunció este pasado miércoles su esperada candidatura a la presidencia en un evento anticlimático en el Twitter de Elon Musk.
Las dificultades técnicas protagonizaron la cita online, encumbrando el lanzamiento oficial de campaña de la supuesta única alternativa republicana viable a Donald Trump.
La decisión de empezar en Twitter volvió a demostrar la torpeza de un DeSantis cuyo desempeño en las encuestas se lleva resintiendo desde hace meses.
Contexto. DeSantis se suma a una poblada carrera republicana a la presidencia en la que Nikki Haley, Tim Scott, Asa Hutchinson y Vivek Ramaswamy ya llevan semanas o meses intentando definirse como recambio de Trump.
Ninguno de ellos salvo Hutchinson ha buscado la confrontación directa con el expresidente, probablemente porque creen que enemistarse con los seguidores de Trump es sentenciar de muerte sus campañas.
En cambio, DeSantis tiene pocas opciones salvo dar la cara a un Trump que lleva ya medio año vapuleándolo con insultos, burlas y ataques políticos frontales.
Para estar a la altura, DeSantis necesitará remontar en las encuestas, recaudar ingentes cantidades de dinero y ganarse con ello el apoyo de políticos y activistas republicanos de primer nivel dispuestos a dar la espalda a Trump.
Explícamelo. Este miércoles, DeSantis inició su campaña en Twitter Spaces junto a Elon Musk, alguien que ya había adelantado su voto a DeSantis en el pasado.
Twitter Spaces permite tener conversaciones de audio en directo mientras otros usuarios escuchan.
Pero el inicio de la cita estuvo plagado de problemas técnicos. Tras 20 minutos de fallos, desde Twitter reiniciaron la sala de audio protagonista.
A la torpeza técnica cabe sumar la torpeza de expectativas: el inversor David Sacks que hizo de maestro de ceremonias habló de «la mayor sala jamás organizada en redes sociales», mientras que el propio DeSantis sugirió que más de 10 millones de personas acabarían escuchando la grabación. Ninguno estaba en lo correcto.
La sala llegó a tener más de 300.000 oyentes en directo, una suma que se queda lejos de los supuestos 3 millones de oyentes en vivo que llegó a tener Elon Musk en una entrevista que protagonizó en Twitter Spaces el mes pasado.
A tiempo de publicación, solo 3.7 millones de personas se habían conectado en directo o a posteriori al Spaces de DeSantis, lejos de los 10 prometidos por el gobernador.
Y no hablemos ya de emisiones en directo per se. Nuestros streamers Ibai y Thegrefg están más que habituados a pulverizar las cifras del… ¿próximo presidente de Estados Unidos? The New York Times:
«Considere que un evento de Facebook Live de 2016, con dos empleados de BuzzFeed colocando bandas elásticas alrededor de una sandía hasta que explotó, atrajo a más de 800.000 espectadores simultáneos y un total de 5 millones de visitas a las pocas horas de su conclusión. La retransmisión en vivo de 2017 de una jirafa embarazada en YouTube atrajo a 5 millones de espectadores al día».
La decisión de DeSantis de apostar por Twitter probablemente tiene que ver con dos motivos:
Por un lado, puede llegar a dominar la conversación en el lugar en el que nacen muchos de los debates políticos de esta era en Estados Unidos, especialmente en materia de sus guerras culturales favoritas.
Y por otro, la ausencia de Trump en Twitter se traduce en más oxígeno para DeSantis en el que solía ser el campo de batalla preferido del expresidente.
Pero ninguno de esos motivos parece ser cierto.
DeSantis perdió la atención mediática tradicional de un acto de campaña al uso que pudieran cubrir las televisiones, esas que aglutinan millones de espectadores más que un Twitter Spaces.
Y Trump dominó la conversación posterior aprovechando las dificultades técnicas del evento para lanzar ataques y memes tan disparatados como cabría esperar de un Trump en campaña.
Además, el vídeo de la candidatura presidencial de DeSantis carece de toda la épica que el gobernador podía haber complementado con un evento en vivo rodeado de sus incondicionales.
💡 La idea
¿Y ahora? Todo el panorama mediático-político de Estados Unidos sabía que DeSantis se iba a presentar a la presidencia, incluso desde antes de su victoria rotunda a la reelección en Florida el pasado noviembre.
Pero el gobernador prefirió esperar a que terminara el calendario legislativo de su estado para aplazar su enfrentamiento directo a Trump y poder usar sus logros políticos en Florida como base ideológica de campaña.
Uno de los principales mensajes de su campaña es el de usar su proyecto conservador en Florida como modelo para devolver la grandeza al resto de Estados Unidos.
La teoría de DeSantis tiene sentido sobre el papel: usar la prosperidad económica de Florida y las leyes con las que ha librado las guerras culturales favoritas de la derecha para demostrar que es un buen gobernante de la derecha que quieren los votantes, la trumpista.
DeSantis posiblemente estima que su perfil de «buen gobernante de la derecha trumpista» será suficiente como para contrarrestar a Trump, que además está involucrado en varios procesos legales farragosos.
Pero esa misma teoría vuelve a ignorar lo que ya pasaron por alto muchos republicanos en 2016: la guerra contra Trump con las bases republicanas actuales se disputa a un nivel distinto al de las ideas y la gobernanza.
¿Y cuál es ese nivel distinto? El del carisma y la autenticidad, dos facetas que DeSantis ha evidenciado no tener con:
La falta de sangre a la hora de combatir a Trump.
Lo mucho que esperó antes de anunciar candidatura cuando todos sabíamos que se iba a presentar.
Y, por supuesto, ese flagrante y constante grito al vacío que transmite cada vez que tiene que interactuar con donantes, votantes o con la prensa.
Y tú, ¿cómo lo ves? ¿Crees que DeSantis tiene posibilidades? ¿Está el partido republicano abocado a elegir líderes carismáticos y nada más?
Más información en The New York Times.
🇨🇱 Una Convención diferente
Por Anita Pereyra
Lo importante. Chile sigue avanzando en el proceso de reforma de su Constitución. El 7 de mayo, la ciudadanía eligió a los miembros de la Convención Constitucional que trabajarán para escribir un segundo borrador de la carta magna y dejar atrás la heredada tras la dictadura de Augusto Pinochet.
El cuerpo de 51 consejeros constitucionales quedó conformado por una destacada mayoría de partidarios de derecha y ultraderecha.
El Partido Republicano, liderado por el excandidato presidencial Antonio Kast, obtuvo la mayor cantidad de votos (35 por ciento).
Es decir, el mismo sector político que se opuso en un primer momento al proceso de reforma constitucional, ahora deberá liderar este segundo intento.
Todo esto en un momento económico especialmente complicado para el país. Según datos oficiales del Banco Central, el PIB de Chile sufrió una contracción del 0,6 por ciento durante el primer trimestre del año por disminución del consumo y una caída en la inversión.
Contexto. La historia de la reforma constitucional chilena empezó en 2020, cuando el 78 por ciento de los electores aprobaron dar inicio al proceso. En 2021, las elecciones configuraron una convención constituyente dominada por la izquierda, que redactó un proyecto constitucional que fue rechazado por la ciudadanía.
Después de varios meses de debate, y con la premisa de que la ciudadanía rechazó el proyecto progresista de Constitución pero no la idea de reformar el texto en sí mismo, se dio paso a un nuevo calendario.
En esta segunda instancia, los partidos políticos seleccionaron a 24 expertos que configuraron un comité encargado de redactar un borrador del texto que será sometido a debate entre los consejeros. Ese texto, a diferencia del anterior, no propondrá reformas a nivel de sistema político o modelo económico.
Explícamelo. Los consejeros constitucionales comenzarán a trabajar el próximo 7 de junio sobre la base de 12 puntos de consenso entre los partidos políticos, que incluyen definir a Chile como una república democrática cuya soberanía reside en el pueblo y un Estado unitario y descentralizado.
Esta concepción contrasta con la propuesta en el texto rechazado en el plebiscito del año pasado, que declaraba Chile como un Estado plurinacional donde la identidad y diversidad de los pueblos indígenas estaba reconocida.
La abrumadora victoria de la ultraderecha, representada por el Partido Republicano de Antonio Kast, puede ser leída como una manifestación del descontento popular con el gobierno de Boric
En esta entrega les expliqué que su imagen pública no es precisamente la mejor desde que asumió la presidencia.
El exrival de Boric en las elecciones presidenciales tendrá 23 de los 50 escaños en el Consejo Constitucional.
«Chile ha derrotado a un gobierno fracasado (que) ha sido incapaz de enfrentar la crisis de la inseguridad migratoria, económica y social. Un gobierno donde muchas cosas están subiendo, como el costo de la vida», dijo Kast tras conocerse los resultados de la votación.
Lo que preocupa a analistas y partidarios de una Constitución de corte progresista es la posibilidad de que la extrema derecha de Kast concrete una alianza con la centroderecha tradicional (Chile Vamos), que obtuvo 11 bancas.
Esto les daría poder de veto en la votación de normas que requieren la aprobación del 60 por ciento del total de consejeros. Con esto, el nuevo texto podría ser todavía más conservador que la actual Constitución chilena.
¿Y ahora? El Consejo Constitucional electo, integrado de forma paritaria por hombres y mujeres, tiene hasta noviembre para presentar el nuevo texto constitucional que se votará en un plebiscito en diciembre.
De momento, la incógnita es cuál será la estrategia del presidente Boric para contrarrestar el enorme poder de decisión que ha logrado concentrar el sector más derechista del espectro político.
«Quiero invitar al Partido Republicano que obtuvo una primera mayoría incuestionable a no cometer el mismo error que cometimos nosotros en su momento. Este proceso no puede ser de vendettas sino de poner a Chile y a su gente primero», dijo Boric después de que se dieran a conocer los resultados.
Más información en Revista Anfibia.
🇵🇾 Resultados en Paraguay
Por Anita Pereyra
Lo importante. El candidato del oficialista Partido Colorado, Santiago Peña, ganó las elecciones presidenciales en Paraguay a primeros de mayo.
Con el 42,7 por ciento de los votos, el candidato heredero del expresidente Horacio Cartes logró imponerse en la única cita electoral dispuesta para definir al próximo líder del ejecutivo.
Explícamelo. La oposición no se tomó muy bien la derrota.
El candidato por el derechista Partido Cruzada Nacional, Paraguayo “Payo” Cubas, rechazó los resultados y terminó detenido por presuntos delitos de perturbación de la paz pública, amenaza de hechos punibles y tentativa de coacción a órganos constitucionales.
Y el líder del Partido Liberal y candidato de la coalición opositora, Efraín Alegre, convocó una manifestación pública para demandar una mayor transparencia en el procesamiento de los resultados electorales.
Más información en Revista Anfibia.
En otro orden de cosas, volveremos la semana que viene con los streams antes de empezar junio con el ritmo de antaño. Ve cogiendo sitio, que se vienen curvas.
Feliz sábado,
Posdata: un Oscar para este chaval.
🇺🇸 La torpeza de DeSantis