6 de septiembre | Madrid
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El factor Vivek Ramaswamy en las primarias republicanas, por
.La crisis de violencia política en Ecuador, por
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🇬🇺 Guam: fortaleza clave
Lo importante. Estados Unidos tiene previsto convertir a Guam en «el lugar más densamente protegido de todo el planeta», a juzgar por los proyectos militares que tienen previsto construirse en la pequeña isla a lo largo de los próximos años.
El territorio no incorporado estadounidense es una muestra más del imperialismo no-confeso del gigante norteamericano.
Y también, un ejemplo ilustre del intento de la administración de Joe Biden de presentar un frente contundente ante China y sus ambiciones en la región de Asia-Pacífico.
Contexto. En los últimos años, China ha evidenciado sus amenazas expansionistas de dos formas claras: con el Mar de la China Meridional y con Taiwán.
Con el primero, el Gigante Asiático quiere dominar una de las parcelas más concurridas del transporte marítimo del globo.
Con el segundo, Xi Jinping quiere poner punto y final a la disputa sobre la soberanía de la isla a la que se exiliaron los perdedores de la Guerra Civil China tras la victoria del comunismo.
Explícamelo. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos cedió posesiones del Pacífico como Filipinas, pero mantuvo otras como Guam para asegurar su influencia en el Asia-Pacífico.
Ahora que China sigue su progresivo ascenso en el marco geopolítico global, Estados Unidos ha respondido con un fortalecimiento de su presencia militar en la región.
Y eso ha significado la firma de acuerdos con países de la región que sufren el comportamiento agresivo de China, así como la conversión de territorios como Guam en fortalezas inexpugnables.
Pero detrás de los argumentos de un Guam hipermilitarizado, sean la contención china o la entrada de inversión en la isla, también está la historia de un pueblo despojado de derechos y libertad para decidir por sí mismo, una historia común en otros territorios estadounidenses como Puerto Rico1.
¿Y ahora? En esta newsletter, hemos ahondado en el contexto geopolítico del Asia-Pacífico, la amenaza de China y la forma en la que una pequeña isla del tamaño de Madrid encaja en toda esta historia de superpotencias enfrentadas.
🌊 Un mar disputado
El Mar de China Meridional, al sureste de Asia y señalado arriba con una flecha roja, es uno de los corredores marítimos más transitados del mundo. Se estima que alrededor del 30 por ciento del comercio mundial y el 80 por ciento del petróleo importado por China se transportan a través de sus rutas.
Es un punto crítico en el equilibrio de poder de Asia por ser un área altamente estratégica y geopolítica debido a su papel en la navegación marítima global. La región también es rica en recursos naturales, incluyendo petróleo, gas natural, pesca y minerales.
La disputa sobre la propiedad y la explotación de estos recursos ha llevado a tensiones entre los países que rodean esta área, incluidos China, Vietnam, Filipinas, Malasia, Taiwán y Brunei.
Estados Unidos no tiene reclamos territoriales en esta región, pero en los últimos años se ha involucrado de forma progresiva en la defensa de los países pequeños que ven amenazada su soberanía frente a la amenaza expansionista de China.
En realidad, sabemos que la historia de Estados Unidos con China va mucho más allá de las tensiones marítimas. En otra newsletter resumimos algunos de los frentes en los que ambas potencias mundiales llevan enfrentándose, directa o indirectamente, en los últimos años.
El conflicto en el Mar de China Meridional es una toma de pulso geopolítica por la que Estados Unidos ha concretado alianzas multilaterales con objetivos militares para cercar a China.
Todo, con el pretexto de garantizar la libertad de navegación en la región.
Al mismo tiempo, el primer ministro Xi Jinping lleva años incrementando su agresividad retórica sobre Taiwán, una isla que su Ejecutivo considera como parte de China. Hay más:
De un lado, las incursiones militares en el espacio que el gobierno taiwanés considera como su espacio aéreo seguro se han disparado en los últimos meses.
De otro, la invasión rusa de Ucrania ha multiplicado los miedos a una posible invasión militar china en Taiwán que desate un conflicto a gran escala en la región.
Pero la belicosidad china se ha evidenciado mejor en el Mar de la China Meridional, donde existen ejemplos recientes de un comportamiento abusivo sobre sus vecinos.
🚢 Un buque encallado
En los últimos meses, Filipinas es uno de los países que más ha estrechado su alianza militar con Estados Unidos. Ambos países han coordinado los mayores ejercicios militares conjuntos de su historia.
La nación-archipiélago incluso anunció planes para capacitar en defensa a los pescadores para que sean capaces de defender su territorio marítimo.
Pero la tensión que se palpa con China se ve de mejor forma con las disputas marítimas que se han ido sucediendo en los últimos años.
El enfrentamiento directo más reciente tuvo lugar en agosto en el banco de arena de Ayungin, a más de 998 kilómetros de la costa más meridional de China continental y a menos de 200 kilómetros de la isla de Palawan, Filipinas.
Se trata de una zona de pesca lucrativa cercana al guyot2 Reed Bank, que contiene importantes reservas de petróleo y gas natural.
Filipinas confirmó su soberanía territorial en esta área después de que un tribunal internacional en 2016 desestimara el amplio reclamo de soberanía de Pekín sobre la mayor parte del Mar de China Meridional.
Filipinas había encallado intencionalmente un buque de guerra oxidado llamado Sierra Madre en un arrecife de este banco de arena como estrategia para intentar mantener presencia en el lugar. La Guardia Costera China impidió a dos embarcaciones filipinas de suministros acercar agua y alimentos esenciales a las tropas a bordo del Sierra Madre.
Los buques chinos utilizaron cañones de agua y láseres para disuadir a la guardia costera filipina de acercarse a la zona. El tenso enfrentamiento se prolongó durante cinco horas.
Finalmente, mientras un avión de la Marina de Estados Unidos sobrevolaba la zona, las embarcaciones lograron romper el bloqueo y entregar los suministros a las fuerzas filipinas que custodian el controvertido banco de arena.
🏝️ ¿Dónde encaja Guam?
Guam es una pequeña isla del archipiélago de las islas Marianas, en el Pacífico occidental, que está bajo soberanía de Estados Unidos como territorio no incorporado.
Su ejército tiene —y ha tenido en los últimos 60 años— una presencia muy importante, una que va a aumentar de forma considerable en los próximos años.
Pero los habitantes de la isla carecen de los mismos derechos que sus conciudadanos estadounidenses. Tampoco tienen derecho a voto en elecciones presidenciales o a través de congresistas o senadores propios en Washington D.C.
La isla está a unos 3.000 kilómetros de China, tres veces menos que la distancia que la separa de Estados Unidos continental, y es el punto de soberanía estadounidense más cercano a áreas de creciente tensión como Taiwán o el Mar de la China Meridional.
Guam es normalmente considerada como «la punta de lanza» de Estados Unidos por su cercanía con sus aliados de Japón, Taiwán y Filipinas.
Por lo tanto, al ser el primer lugar desde donde el ejército estadounidense podría responder militarmente a un ataque a sus intereses en la zona, tanto su equipamiento de ataque como de defensa en la isla son considerados como críticos para su presencia en la región Asia-Pacífico.
«Guam es un objetivo hoy, necesita ser defendida y necesita estar preparada para las amenazas que vendrán en el futuro», dijo en 2021 el entonces líder del comando Indo-Pacífico, el almirante Philip Davidson, ante el Comité de Servicios Armados del Senado.
La creciente atención geoestratégica que está recibiendo Asia-Pacífico ha provocado el incremento de la presencia militar estadounidense en Guam, ininterrumpida desde que recuperaran el control de la isla de los japoneses en 1944.
En enero de este año, se celebró la ceremonia de activación de Camp Blaz, una nueva base del Cuerpo de Marines que espera recibir 5.000 militares en los próximos años (la población de la isla supera por poco los 170.000).
Esta instalación se suma a la Base Andersen de la Fuerza Aérea y a la Base Naval de Guam, ocupando las tres combinadas cerca de un tercio de los 549 kilómetros cuadrados de la isla, casi el tamaño de la ciudad de Madrid.
La presencia militar también ha acrecentado el interés de Guam como objetivo en caso de conflicto bélico, según estiman civiles y militares expertos en la región Asia-Pacífico3. No es para menos:
La Fuerza Aérea China publicó en 2020 un vídeo en el que un piloto de un bombardero con capacidad nuclear lanzaba un misil de crucero contra un aeródromo extremadamente parecido al de la base Andersen de Guam.
Y Corea del Norte testó en 2022 un misil balístico que en su primera prueba cinco años antes había sido apodado como «el matador de Guam». Tardaría solo 18 minutos en alcanzar la isla.
Todo esto nos permite comprender por qué Estados Unidos quiere convertir al espacio aéreo de Guam en el más defendido del mundo, para lo que está planificando un ambicioso Sistema Integrado Mejorado de Defensa Antiaérea y Antimisiles (EIAMD).
Simplificando, el EIAMD pretende ser un sistema de sistemas que integraría misiles tierra-aire, radares y otros elementos distribuidos por hasta 20 localizaciones para una defensa 360 grados de la Isla de Guam.
Aunque no se espera que los primeros sistemas estén operativos hasta por lo menos 2026, la Agencia de Defensa Antimisiles ya ha organizado este agosto varias reuniones con residentes de Guam para discutir el posible impacto ambiental y de tráfico aéreo del nuevo sistema de defensa.
Mandos militares, como el Vicealmirante de la Marina Jon Hill, consideran que la amenaza procedente de China ha «evolucionado», por lo que Estados Unidos se replantea las necesidades defensivas de la isla.
En primer lugar, China posee misiles de crucero y balísticos cada vez más avanzados, así como nuevas armas hipersónicas que han elevado su capacidad ofensiva, incluyendo la nuclear.
Como consecuencia de esta evolución, la capacidad defensiva del sistema actual contra misiles balísticos de la Isla de Guam, el THAAD, se considera insuficiente.
La isla es, con diferencia, el mayor foco de inversión militar estadounidense en la región: más de 11.000 millones de dólares en decenas de proyectos previstos para los próximos cinco años. La suma de otros proyectos en las vecinas Micronesia, Northern Marianas, Wake Island o Palau ni siquiera llega a los 1.000 millones. ¿Y qué hay de los civiles?
Ahora mismo, el personal militar y sus familias son unas 22.000 personas, mientras que la población civil está representada por 154.000 (41 por ciento de los cuales se identifican como chamorros4).
Pero el salario y las ayudas que reciben los militares son muy superiores a los de los locales, lo que ha encarecido los precios, especialmente en el mercado inmobiliario. Nuevas bases y destacamentos prometen disparar todavía más los costes.
«Fuera de los centros turísticos, Guam parece un centro comercial estadounidense con esteroides militares. La comida rápida y los locales de servicio por ventanilla están por todas partes. Los institutos están rodeados de vallas metálicas. Las aceras son pocas y no hay un sistema de transporte público funcional. El único hospital público está en tan mal estado que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército le dijo al gobernador que sería más barato construir uno nuevo», escribió este pasado julio Sarah A. Topol para The New York Times.
💡 La idea
Así que lejos de titulares sobre fortalezas y tensiones geopolíticas, el aumento de la presencia militar en Guam si acaso debería devolver el foco a quienes lo merecen: los habitantes de la isla.
¿Cómo es posible que uno de los territorios con las capacidades militares más bestias de una superpotencia como Estados Unidos tenga semejante carencia de derechos y calidad de vida?
¿Por qué siguen pasando desapercibidas las protestas legítimas de los ciudadanos de Guam si su emplazamiento paradisiaco puede ser el próximo Pearl Harbor?
Medios como el Times han intentado poner respuesta a muchas de esas preguntas, empezando por el increíble reportaje de Topol o las fotografías de Glenna Gordon, pero no es lo habitual.
La falta de debate público sobre los derechos de territorios como Guam evidencia los logros del gobierno estadounidense en el campo mediático.
Si nadie habla de las evidentes colonias militares que Estados Unidos tiene en territorios como Guam, ¿puede alguien llamarlos realmente imperio?
Administraciones como la de Biden se escudan en la asertividad hacia China para esquivar el debate tan necesario sobre la situación de Guam y de sus ciudadanos.
Los guameños viven bajo control colonial desde 1668, año tras el que han seguido siglos en los que potencias como España, Japón y Estados Unidos se han repartido su posesión.
En la Segunda Guerra Mundial, fueron abandonados por los estadounidenses, aterrorizados por los nipones y después sometidos de nuevo a la colonización de su dueño norteamericano.
En los años desde entonces, su idioma nativo estuvo prohibido durante décadas, a muchos locales los despojaron de sus tierras para emplazar destacamentos militares y miles de sus habitantes se alistaron pese a que nunca se les han reconocido los mismos derechos que a otros ciudadanos estadounidenses.
Ahora, Guam es «catapulta» contra China como parte de la doctrina estadounidense de «emplazamiento ágil de combate».
Es decir, Guam vuelve a hacer honor al dicho que muchos de sus representantes y activistas han gritado al vacío durante décadas: «Iguales en la guerra, pero no en la paz».
🎬 Una recomendación
Con la colaboración de Filmin
Por Emilio Doménech
Scarlet es una película francesa de 2022 dirigida por Pietro Marcello. Sigue la historia de un hombre francés que vuelve a su pueblo tras el final de la Primera Guerra Mundial para descubrir que su mujer ha muerto, pero que le espera una hija recién nacida y unos vecinos que lo miran con recelo, aunque él no entiende por qué.
La película pasó por la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes después del exitoso periplo del anterior largometraje del realizador, Martin Eden.
El reparto lo encabezan Juliette Jouan y, en menor medida, Louis Garrel, pero son Raphaël Thierry y Noémie Lvovsky los intérpretes inconmensurables de la contienda.
Definida acertadamente como «un cuento de hadas feminista», Scarlet es un drama que ya desde un primer comienzo transporta al espectador al periodo de entreguerras con un estilo fabulesco.
El filme empieza con imágenes de archivos para que después la cámara, con un grano y unos colores muy específicos, se encarguen de ser el libro que va desplegando páginas.
Incluso algunas escenas están concebidas para retrotraer al espectador a las formas que tenía el cine en los años 20 para luego recuperar un estilo más actual y ahondar en la historia de sus protagonistas.
Scarlet se vale de la música para hacer si cabe más placentero y mágico el viaje con la historia de Raphaël y su hija Juliette, pero es en el retrato de sus mujeres y sus condiciones en esa época lo que hace que la película pegue un salto cualitativo y de interés importante.
Entra por el cuento, quédate por su vistazo a las brujas y disfruta de las interpretaciones (y ese final agridulce).
Scarlet está disponible en Filmin.
En otro orden de cosas, esta noche vuelven las citas de cultura pop y tendencia tech con ‘Nanisimo Online’ para poner el foco en esos besos de Timothée Chalamet con Kylie Jenner, así como en el futuro de Twitter/X y los nuevos iPhone.
Será a las 20:00 CEST en el canal de Twitch de Emilio.
Feliz miércoles,
Posdata: una familia muy Beatle.
Emilio escribió en Newtral sobre los territorios como Guam y Puerto Rico a través de los llamados Casos Insulares que han definido la situación actual. Léelo con detenimiento porque es fascinante.
Un guyot es una montaña submarina plana o una colina aislada que se encuentra por debajo de la superficie del agua pero que originalmente se formó como una montaña volcánica. Normalmente tiene una cima plana y está rodeado por aguas profundas.
En todos los «juegos de guerra» modelados por el think tank Strategic and International Studies (C.S.I.S.), el primer ataque de China a Estados Unidos en un potencial conflicto es un bombardeo sobre Guam.
Los chamorros tienen una cultura y hablan un idioma que beben bastante de la influencia hispánica. Los españoles colonizaron la isla de Guam durante más de 400 años antes de cederla a los estadounidenses.
🏝️ La fortaleza de Guam