5 de octubre | Pamplona, Navarra
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💣 Ecos de explosión
Lo importante. Desde Estados Unidos, el boom de los medicamentos para adelgazar ya se ha hecho global tras la controvertida popularización durante el último año de Ozempic y Wegovy, dos fármacos de la farmacéutica danesa Novo Nordisk.
Ambos medicamentos se recetan para los tratamientos de la diabetes Tipo 2 y de la obesidad, logrando que los pacientes pierdan cerca del 15 por ciento de su peso.
Parte importante de su fama actual se atribuye al éxito entre referentes de la cultura popular: TikTok se ha llenado de la etiqueta #Ozempic, influencers han admitido tomarlo, Elon Musk ha publicado sobre ello y se ha extendido su consumo en Hollywood como producto para adelgazar.
Además de los problemas de desabastecimiento que han sufrido personas con diabetes, el fenómeno tiene otras ramificaciones económicas y sociales.
Para empezar, la popularidad de los fármacos ha abierto o reabierto varios debates que prometen moldear nuestra sociedad en los próximos años.
Todo, al tiempo que las farmacéuticas aceleran para sacar alternativas que estén a la altura de una demanda imparable.
Explícamelo. Este tipo de medicamentos inyectables que recibieron el OK de la agencia reguladora estadounidense FDA1 se basan en el principio activo de la semaglutida, estimuladora de una hormona que hace que segreguemos más insulina y que tengamos menos apetito.
Por un lado, ayuda a los pacientes que padecen diabetes Tipo 2 y obesidad, propósitos para los que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) o la mencionada FDA aprobaron el Ozempic y el Wegovy, respectivamente.
Por otro lado, tienen los posibles efectos adversos de muchos medicamentos. La clave aquí es que esos efectos adversos supuestamente se compensan con los potenciales beneficios para los pacientes que sufren diabetes Tipo 2 u obesidad.
Sin embargo, los ensayos de estos fármacos no estaban orientados para evaluar los riesgos en personas sanas con ligero sobrepeso. Esos consumidores se exponen a riesgos que se siguen investigando.
Contexto. En los últimos 50 años, la obesidad se ha triplicado en todo el mundo, alcanzando en 2016 la cifra de más de 1.900 millones de adultos con sobrepeso. De todos ellos, más de 650 millones eran obesos.
En los países más desarrollados, la diabetes Tipo 2 y la obesidad tienen mayor prevalencia en la población con menores ingresos, y en los países más pobres su incidencia no ha parado de aumentar a un ritmo dramático.
En teoría, la aparición de estos medicamentos podría potencialmente ser un factor que reduzca la desigualdad provocada por estas patologías.
Sin embargo, un análisis de Trilliant Health sobre el uso de estas nuevas medicinas adelgazantes en Nueva York arroja datos interesantes acerca de quién está teniendo acceso a los fármacos y para qué. Spoiler: no se toma más donde más se necesita.
El año pasado, el barrio con mayor consumo2 de los inyectables Ozempic, Wegovy o Mounjaro3 (otra alternativa) fue el Upper East Side: una de las áreas más ricas, con menor incidencia de diabetes u obesidad y mayor esperanza de vida de la ciudad.
En el otro lado de la balanza, en East New York, Brooklyn, donde la tasa de diabetes es de las más altas de la ciudad, el porcentaje de personas que recibieron la medicina fue de aproximadamente la mitad.
Los mejores seguros cubren estos fármacos, que pueden costar unos 1.300 dólares al mes. En cambio, el seguro médico público para gente con bajos ingresos Medicaid no contempla la cobertura de estos medicamentos.
El alto precio de estos tratamientos, especialmente en Estados Unidos, ayuda a comprender otra de las interesantes derivadas que han surgido del éxito de Ozempic y Wegovy: los impresionantes beneficios de la farmacéutica Novo Nordisk y su influencia en la economía de Dinamarca.
En el país escandinavo, dos tercios del crecimiento económico del pasado año son atribuibles a la industria farmacéutica, una tendencia acentuada este año. En el primer trimestre de 2023, 1,7 de los 1,9 puntos de aumento del PIB llegaron del sector del medicamento.
Pero Novo Nordisk es la clave: sus beneficios son 10 veces mayores que los de la segunda farmacéutica más grande y su valor de mercado es mayor que el de toda la economía danesa.
Es tal su influencia que los economistas están estudiando publicar datos económicos sin contar con Novo Nordisk por la distorsión que esta supone a la hora de evaluar su salud financiera con parámetros habituales como el PIB.
Hay una relación entre dos datos que subraya el reto de los daneses para traducir en prosperidad nacional los beneficios excepcionales de Novo Nordisk: la industria farmacéutica ha aumentado el PIB del país un 3,4 por ciento en 5 años, pero solo ha aportado un aumento de empleo del 0,1 por ciento.
A pesar de esta diferencia, el famoso estado de bienestar danés se ha beneficiado del impuesto de sociedades con el que grava un 22 por ciento los beneficios de Novo Nordisk.
A largo plazo, economistas del país advierten de que deberían prepararse para que una hipotética crisis de la farmacéutica no les afecte como sucedió con la caída de Nokia en Finlandia.
Otro ejemplo que tienen todavía más presente es el del descubrimiento de las reservas de gas de Países Bajos en los años 60: las exportaciones provocaron un aumento del valor de su moneda que acabó dañando su competitividad exterior.
«Existe una Dinamarca sin Novo Nordisk y eso debe tenerse en cuenta a la hora de formular recomendaciones sobre política económica y acuerdos salariales.», dijo a The New York Times el economista danés Helge J. Pedersen.
💡 La idea
La evolución en la relación entre el bienestar económico de Dinamarca y Novo Nordisk puede suponer un pequeño ensayo de cómo redistribuir los beneficios económicos para los que no ha habido un aumento del empleo.
Varios economistas y científicos llevan años pronosticando que la revolución tecnológica y digital ya provoca y provocará la pérdida de muchos puestos de trabajo que ahora funcionan para distribuir las rentas.
Si sus predicciones se confirman, hacen falta propuestas económicas diferentes a los modelos actuales para que los ciudadanos accedan a los recursos generados por unas empresas que ya no los necesitarán.
Estas teorías son discutidas, y también hay quienes defienden que la evolución tecnológica genera nuevos puestos de trabajo.
Según una encuesta del World Economic Forum, las empresas sólo estiman que el 1 por ciento de sus tareas se han automatizado con respecto a hace 3 años, lo que ha hecho que reduzcan sus estimaciones sobre los trabajos que van a poder realizar las máquinas en el próximo lustro.
Las mismas organizaciones tienen opiniones encontradas sobre lo que representarán avances como la inteligencia artificial para sus plantillas: el 50 por ciento cree que generará más puestos de trabajo mientras el 25 por ciento opina que se perderán.
En otro plano, la historia del acceso a Ozempic, Wegovy y análogos nos ayuda a ver las dos caras de lo que los avances médicos pueden hacer por la igualdad. Mucho depende de cómo nuestras sociedades estructuren la capacidad de los diferentes estratos a la hora de adquirirlos.
El ejemplo de Nueva York muestra cómo la irrupción del medicamento puede incrementar las diferencias de clase: los más pudientes son capaces de colocarse por delante de personas con patologías.
Sin embargo, es presumible que, si el acceso se democratiza, la solución a esas patologías más frecuentes en las clases desfavorecidas contribuirá a igualar esas sociedades.
¿Y ahora? La aparición y aprobación de cada vez más alternativas a los revolucionarios productos de Novo Nordisk apuntan a que la escasez es un problema que se terminará en el medio plazo.
Cada vez habrá más productos que puedan mejorar nuestra vida, o principalmente curarnos, pero, si su acceso no es extensivo, las diferencias sociales presumiblemente aumentarán.
Por último, el efecto a largo plazo en las personas sin patologías que están consumiendo Ozempic o similares es algo que los académicos tienen interés en observar: desde efectos secundarios directos hasta otros más indirectos como el reemplazo de hábitos saludables por uso de fármacos.
El hecho de que un nuevo fármaco para adelgazar haya abierto tantos debates, y otras cuestiones4 que se obvian en esta newsletter, nos muestra la época de cambios rápidos y profundos que intentamos analizar en La Wikly.
¿Qué otros debates te planteas tú?
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En otro orden de cosas, este jueves vuelven las citas cinéfagas a Twitch para hablar de algunos de los estrenos de la última semana y ver los mejores tráilers de las películas que están por llegar.
Podrás seguir el directo a partir de las 19:00 CEST en Twitch.
Feliz jueves,
Posdata: I wanna go to Vegas.
Administración de Alimentos y Medicamentos.
El 2,3 por ciento de sus residentes tuvieron acceso a los fármacos a través de sus, con toda probabilidad, mejores seguros médicos.
El principio activo de esta alternativa es la tirzepatida en lugar de la semiglutida. Hay investigaciones recientes que apuntan a que sería más efectivo.
Otras tantas derivadas de este caso podrían ser: ¿daremos pasos atrás en la aceptación de la diversidad de cuerpos (body-shaming)?, ¿son los medicamentos la solución al sobrepeso como son las soluciones tecnológicas las respuestas al cambio climático?, ¿cómo influyen las estrellas en nuestra salud?, etc.
💉 Ozempic... ¿para todos?