14 de noviembre | Madrid
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🏛️ ¿Adiós al caos?
Lo importante. Mike Johnson, nuevo presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, llegó al puesto por sorpresa después de lograr el apoyo de los bandos moderado y radical del Partido Republicano tras semanas de caos. Ahora, se enfrenta a su primer gran reto: mantener el gobierno abierto.
La votación del 25 de octubre puso fin a la crisis que la cámara baja arrastraba desde la moción de censura que ocho republicanos apoyaron para expulsar al anterior presidente, Kevin McCarthy.
El Partido Republicano tardó tres semanas en nombrar a su sucesor tras varios intentos fallidos, dejando a Estados Unidos en parálisis legislativa total en un momento clave.
En juego, permitir que el gobierno federal tenga dinero para seguir funcionando y enviar ayuda militar a aliados como Ucrania e Israel.
Con el cargo recién estrenado, Johnson tiene ante sí el difícil reto de liderar un complicado calendario legislativo al tiempo que equilibra concesiones entre las dos alas de su partido para evitar la expulsión.
Contexto. El presidente (speaker) de la Cámara de Representantes es una de las personas más poderosas de Washington D. C., además de ser el líder de facto del partido con mayoría en la cámara.
La importancia de la posición la evidencia el hecho de que Johnson es ahora el segundo en la línea de sucesión presidencial, solo por detrás de la vicepresidenta Kamala Harris.
En términos más prácticos, el speaker marca la agenda legislativa de la cámara, establece las votaciones, distribuye las tareas de los comités y, lo más difícil, trata de mantener unido a su partido en las diferentes iniciativas de la legislatura.
Explícamelo. Lograr esa unidad resulta una tarea muy complicada en el actual Partido Republicano. El ala dura es un grupo minoritario pero intransigente que ya a primeros de 2023 amenazó con expulsar a McCarthy si este no se plegaba a sus exigencias. Ni nueve meses tardaron en echarlo.
Un acuerdo de McCarthy con los demócratas para evitar un cierre de gobierno fue suficiente para que el mediático Matt Gaetz, congresista del ala dura, pusiera en marcha la destitución.
Johnson tiene ahora ante sí un reto similar: pasar una prórroga presupuestaria para evitar un cierre de gobierno muy, muy parecida a la que le valió a McCarthy la expulsión.
La única razón por la que Johnson puede salvarse ahora es porque incluso el ala radical republicana tiene miedo de retomar el caos de hace unas semanas.
Pero la realidad es que Johnson, una figura marcadamente más conservadora que su predecesor, tiene previsto alcanzar los mismos acuerdos que McCarthy.
Es decir, acuerdos que dejan de lado a los congresistas republicanos más radicales y obstruccionistas en favor de demócratas que prefieren cierta normalidad legislativa.
Pero entonces, ¿de dónde sale Mike Johnson? ¿Cómo ha podido ser exactamente lo que los congresistas republicanos intransigentes querían evitar?
📇 ¿Quién es Mike?
Perfil. Johnson, congresista por Luisiana desde 2016, es un abogado constitucionalista de línea dura ultraconservadora, aunque conocido también por sus formas amables.
Su pensamiento político está marcado por sus fuertes convicciones cristianas evangélicas, las cuales definen la práctica totalidad de sus posturas ideológicas.
La influencia del evangelismo en el Partido Republicano es muy alta, por medio de sus votantes y de organizaciones como la Coalición Fe y Libertad.
En 2020, el apoyo de Trump entre los votantes blancos evangélicos alcanzó el 84 por ciento.
En su primer discurso como presidente de la Cámara de Representantes, Johnson hizo gala de su fe:
«No creo que haya coincidencias. Creo que Dios ha ordenado y permitido que cada uno de nosotros sea traído aquí para este momento específico en este tiempo. Esa es mi creencia».
Su postura antiabortista y contra los derechos LGTBIQ es particularmente beligerante, un posicionamiento que ha defendido de forma activa desde antes de su carrera como congresista.
Calificó la decisión del Supremo que anuló el derecho constitucional a abortar como un momento «grande y feliz».
Su persistencia a lo largo de los años en contra de este derecho reproductivo hace que la organización antiabortista Susan B. Anthony Pro-Life America lo valore con una calificación A+.
Pero su actividad contra el matrimonio entre personas del mismo sexo u otras causas por los derechos LGTBIQ supera a la de la causa antiabortista.
En octubre de 2022, introdujo una propuesta de ley que copiaba la medida No digas gay de Ron DeSantis, dirigida a eliminar la educación sexual y sobre identidad de género de las escuelas con fondos públicos.
Del mismo modo, se opuso a la ley que obliga a todos los estados a reconocer el matrimonio homosexual, un texto que contó con un importante apoyo bipartidista.
«Este es un país libre, pero no damos protecciones especiales a las elecciones bizarras de cada persona», escribió Johnson en una columna de 2005.
En cuanto a política exterior, su postura está más cerca de la corriente aislacionista de los conservadores, aunque sus primeros pasos como speaker no sugieren una posición extrema.
Por un lado, ha votado consistentemente en contra de los paquetes de ayuda a Ucrania, argumentando la falta de control y supervisión del gasto o la necesidad de poner a Estados Unidos en primer lugar.
Por otro lado, se ha expresado en términos de apoyo a los ucranianos diciendo que «no vamos a abandonarlos».
El último aspecto que queda por definir es su cercanía al omnipresente Donald Trump, el punto clave para tratar de entender qué sector de los republicanos ha ganado con la elección de Johnson.
Tras las elecciones de 2020, Johnson se situó entre los congresistas que no aceptaron el resultado electoral que sacó al neoyorquino de la Casa Blanca.
Su alianza con el expresidente se evidenció aún más cuando formó parte de su equipo legal de defensa durante sus dos juicios por impeachment.
Matt Gaetz, aliado incondicional de Trump, no ocultó su satisfacción en el podcast de Steve Bannon:
«Si no crees que pasar de Kevin McCarthy al MAGA Mike Johnson muestra el ascenso de este movimiento y dónde reside realmente el poder en el Partido Republicano, entonces no estás prestando atención».
Para su investidura como presidente de la Cámara de Representantes, Johnson logró un apoyo generalizado que no habían conseguido colegas como Steve Scalise, Jim Jordan o Tom Emmer.
Eso le ha brindado un delgado blindaje de legitimidad para encarar los próximos desafíos, pero por eso los dos próximos meses van a ser determinantes.
En líneas generales, Johnson debe lograr gestionar tres grandes retos:
🤝 1. Unidad partidaria
Una de las principales funciones del speaker es la de mantener la bancada de congresistas alineada dentro de los mismos parámetros de acción, algo difícil de conseguir vista la distancia que separa a las alas moderada y radical de los republicanos.
Además, Johnson no sólo deberá enmendar las heridas causadas por la guerra civil republicana que derrocó a su predecesor, sino que también deberá empezar a construir de cero su relación con la Casa Blanca y el Senado.
El nuevo speaker tiene un equipo relativamente modesto y carece de experiencia presidiendo nada, ni siquiera un comité legislativo, por lo que el desafío será mayor.
Las decisiones que Johnson tome ahora, pasada la luna de miel del consenso que lo puso en el puesto, serán claves en ese sentido.
💰 2. Recaudación de fondos
Retener y ampliar la mayoría en la Cámara depende en buena medida de la habilidad del speaker para recaudar fondos, algo que McCarthy supo entender bastante bien.
Johnson es poco conocido en los círculos de cabilderos republicanos y su recaudación en lo que va del año no ha destacado especialmente, algo que puede llegar a ser problemático de cara al contexto de campaña en 2024.
Es por eso que los republicanos estarían apoyándose en el segundo republicano más importante de la Cámara de Representantes: Steve Scalise, otro congresista de Louisiana que no logró los apoyos que sí consiguió el nuevo speaker.
Johnson tiene por delante unos meses muy intensos en los que debe empezar a forjar amistades y alianzas con los donantes del partido republicano.
Por un lado, necesita conseguir mucho dinero de esos donantes para evitar que el caos de estos últimos meses repercuta en su capacidad de mantener la mayoría republicana en la cámara baja.
Por otro, debe saber elegir cómo distribuir ese dinero entre los candidatos que mejores opciones tengan para mantener o ganar escaños.
Eso último posiblemente implique llenar más las arcas de republicanos moderados con capacidad real de disputar distritos competitivos. ¿Lo aceptarán los congresistas más radicales?
👑 3. Liderazgo efectivo
El historial de voto conservador de Johnson choca de lleno con la búsqueda de acuerdos que debe abanderar en su nueva etapa como speaker.
En la Cámara de Representantes, basta lograr una mayoría simple para pasar cualquier proyecto legislativo, pero el Senado de mayoría demócrata siempre podrá bloquearlo.
Es decir, que si Johnson quiere ser un líder efectivo, tendrá que encontrar consenso con los demócratas del Senado después de haber puesto de acuerdo a los suyos en la cámara baja.
Sin ir más lejos, Johnson y los republicanos aprobaron a primeros de noviembre un plan de 14.300 millones de dólares de ayuda a Israel en su guerra contra Hamás.
Al hacerlo, ignoró la solicitud del presidente Joe Biden de acompañar ese paquete con ayudas para Ucrania y Taiwán.
Además, el proyecto se financiaba reduciendo la partida presupuestaria para el IRS, la Hacienda estadounidense, que Biden había promulgado en el primer tramo de su presidencia.
Es decir, los republicanos evitaron aprobar un paquete que contuviera ayudas a Israel, Ucrania y Taiwán (y financiación para fortalecer la frontera con México) y, en cambio, aprobaron un paquete de ayuda a Israel con dinero originalmente destinado a perseguir evasiones fiscales.
En resumidas cuentas, una ley que los demócratas jamás iban a apoyar en el Senado y que Biden tampoco iba a firmar nunca en el Despacho Oval.
Visto que esa ruta jamás funcionaría, el Capitolio se enfrenta esta semana a un momento crucial.
Si Johnson evita aprobar una prórroga presupuestaria, el gobierno federal tendrá que echar el cierre a partir del 17 de noviembre.
En cambio, si se ayuda de los demócratas para aprobarla, el gobierno federal podrá seguir financiado hasta enero, pero Johnson habrá traicionado a los republicanos radicales.
Pero entonces, ¿qué es un liderazgo efectivo?
¿Es aceptar la estrategia de los legisladores republicanos más intransigentes y cerrar el gobierno si hace falta hasta lograr concesiones demócratas?
¿O es elegir bien las batallas hasta conseguir alguna victoria en el año que queda antes de las próximas elecciones presidenciales?
Johnson deberá elegir bien qué rumbo tomar. Errar significará su destitución, la debacle de un gobierno federal sin dinero o mantener un statu quo que ya existía con Kevin McCarthy, pero con una persona diferente en el puesto de speaker.
Y tú, ¿crees que Johnson podrá navegar estas aguas turbulentas sin perder el rumbo de su partido… o del país?
🎬 Una recomendación
Con la colaboración de Filmin
Por Emilio Doménech
Crimen perfecto es una película estadounidense de 1954 dirigida por Alfred Hitchcock. Sigue la historia de Tony Wendice, un tenista retirado que planea el asesinato de su mujer.
El reparto de este clásico del thriller lo encabezan Ray Milland y Grace Kelly, la única que logró varias nominaciones a Mejor Actriz entre la crítica.
Esta película de Hitchcock encapsula como pocas lo efectiva que puede ser la planificación de guion y dirección en el transcurso de un thriller.
El cineasta sitúa numerosas pistas ante el espectador para que intente descifrar cómo acabará resolviéndose el filme en una suerte de Cluedo perfecto.
¿Tiene que ver con la ventana o con el sobre? ¿Y esos guantes? ¿Qué pasa con la chimenea? ¿Y con la llave?
El juego es en sí mismo delicioso, ayudado de la tensión que busca después Hitchcock cambiando las expectativas, rizando el rizo con pistas que entran y salen del escenario para descolocar al espectador y devolver su atención al drama de personajes que coge fuerza conforme la película afronta su tramo final.
Y qué final tan bien buscado y encontrado. Gus-ta-zo.
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En otro orden de cosas, este miércoles abriré stream para repasar la última hora de Israel-Palestina y comentar mis impresiones de los GPTs, la última maravilla de OpenAI.
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Feliz martes,
Posdata: ¿de dónde sale este gato?
🏛️ Nuevo speaker, ¿más caos?