6 de octubre | San Juan, Argentina
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🗳️ Incógnita de izquierda
Lo importante. Los candidatos presidenciales de Argentina debatieron este pasado domingo sobre economía, educación y derechos humanos en una jornada que —al menos en redes sociales— tuvo una protagonista inesperada: la candidata del Frente de Izquierda y de Trabajadores, Myriam Bregman.
Con las elecciones a menos de 20 días, la actuación de Bergman suscitó una pregunta: ¿por qué la izquierda argentina no logra consolidarse como una fuerza política destacada a nivel nacional en el país?
Hoy, repasamos algunos de los condicionantes de este movimiento que lleva décadas de trayectoria política.
Explícamelo. Los candidatos presidenciales Sergio Massa (del centro-izquierda Unión por la Patria), Javier Milei (del ultraliberal La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (del centro-derecha Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (del centro Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (de la izquierda Frente de Izquierda y de Trabajadores–Unidad) asistieron al primer debate televisado este pasado domingo.
En principio, la atención estaba focalizada en los tres candidatos de los espacios políticos más votados de las primarias conocidas como PASO –Milei, Bullrich y Massa–.
Pero la candidata izquierdista Myriam Bregman fue quien logró captar la atención del público con su desempeño.
Esa misma noche, Bregman encabezó las tendencias en la red social X (antes Twitter) y sus búsquedas en Google se dispararon, pero las repercusiones de sus interacciones en el debate se prolongaron incluso hasta mediados de esta semana.
Un análisis llevado a cabo por la Agencia Pulsar calculó que alrededor de 11 millones de usuarios únicos se involucraron en interacciones con Myriam Bregman en un lapso de 24 horas.
Otro estudio, efectuado por Monitor Digital Argentino, estimó que las interacciones y visualizaciones de Bregman ascendieron a aproximadamente 12 millones, siendo la segunda persona más mencionada después de Milei.
La consultora Reputación Digital evaluó mediante herramientas de big data las percepciones en redes sociales sobre cada uno de los candidatos presidenciales. Según este análisis, Bregman lideró las percepciones positivas y los usuarios destacaron:
Su preparación para el debate, buena oratoria y administración del recurso de derecho a réplica.
La calidad de sus intervenciones, especialmente a la hora de confrontar a los candidatos Milei y Massa.
Contexto. Myriam Bregman se graduó de abogada en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) en la década de los 90 y lleva más de 20 años militando en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que actualmente integra el Frente de Izquierda y Trabajadores (FIT).
Bregman se desempeña como diputada nacional por la provincia de Buenos Aires desde 2021, previo a lo cual cumplió un mandato como legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es una destacada militante feminista y fue una de las principales propulsoras de la legalización del aborto en 2020.
También integra el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, donde defiende y asesora a trabajadores ocupados y desocupados, y ha participado como querellante en juicios de lesa humanidad.
¿Qué dijo? La candidata interpeló de forma bastante pareja a los tres principales candidatos presidenciales, pero una de sus intervenciones contra Milei se hizo especialmente viral:
«Milei llega hasta acá hablando contra la casta. [...] No es casta, pero lleva una vicepresidenta de la casta militar. No es casta, pero se mudó a un barrio privado como muchos de los políticos que él critica. Milei es un empleado de los grandes empresarios que han ganado millones en estos años, algunos viviendo del Estado, y con él, esperan ganar mucho más. No es un león, es un gatito mimoso del poder económico», dijo la candidata por el FIT–Unidad.
Tras la ronda de exposiciones y réplicas sobre los tres ejes temáticos propuestos para el debate, se abrió una instancia de preguntas cruzadas entre candidatos. En esta oportunidad, Milei intentó atribuir al movimiento de izquierda que integra Bregman las víctimas del régimen stalinista. Bregman reaccionó rápido:
«No sé si eso te lo dictó [Mauricio] Macri de El Rincón del Vago pero la verdad es que es falso, es una fake news de características enormes que se repite, pero no porque se repita mucho en las redes sociales pasa a ser verdad. [...] Yo soy socialista, Javier Milei, defiendo otra cosa», fue otra de las respuestas festejadas en redes sociales.
La candidata del FIT se mostró inflexible con el Fondo Monetario Internacional, siendo una de sus principales propuestas –aunque también una de las más controversiales– el desconocimiento soberano de la deuda adquirida en 2018 bajo la presidencia de Mauricio Macri.
Según Bregman, el acuerdo con el FMI no sólo es extorsivo sino también ilegal, porque no cumplió con la legislación interna argentina que exige, por ejemplo, que pase previamente por el Congreso de la Nación.
«En el 89 sufrimos una hiperinflación por hacer lo que decía el FMI. En el 2001 el país fue a la quiebra por hacer lo que decía el Fondo. En el 2018 Macri lo volvió a traer, pero este gobierno y Sergio Massa nos sometieron al FMI. Si llegamos al 60 por ciento de pobreza infantil no fue por enfrentar mucho al FMI, fue por seguir todas y cada una de sus recetas.»
El último eje temático abordado en el debate fue ‘Derechos humanos y convivencia democrática’, un tópico elegido por la ciudadanía mediante un formulario digital. En este espacio, Bregman condenó las versiones negacionistas de la dictadura cívico-militar.
«Nuestra lucha nunca fue fácil. Nuestra lucha no es ningún curro. Y con la misma fuerza condenamos las desapariciones y asesinatos de los pibes a mano de las fuerzas de seguridad bajo gobiernos constitucionales».
💡 La idea
Bregman llegó a este primer debate presidencial como la candidata que recibió la menor cantidad de votos en las primarias del 13 de agosto.
De acuerdo con el escrutinio definitivo, la diputada nacional obtuvo un 2,61 por ciento de votos que apenas logró hacerla calificar para participar de los comicios generales.
Aun así, consiguió llevarse los reflectores durante el debate y que muchos usuarios en redes sociales comenzaran a considerar abiertamente votarla en las próximas elecciones.
En este contexto, cabe preguntarse ¿por qué la izquierda tradicional nunca gana en Argentina? ¿Por qué la figura supuestamente disruptiva es en esta ocasión alguien como Javier Milei y no Bregman?
Ya en la previa a las elecciones legislativas de 2021, María Esperanza Casullo y Andrés Malamud –dos expertos en análisis político que admiro mucho– se hacían la misma pregunta en su podcast, Ágora: ‘¿Por qué la izquierda no logra sumar votos en el electorado argentino?’. La pregunta, te advierto, no tiene una única respuesta.
Hay componentes históricos, como el hecho de que se trata de una corriente ideológica que nunca terminó de consolidarse en Argentina.
También componentes de cultura política, como la existencia del peronismo como fenómeno exclusivamente argentino de amplio abanico ideológico; es decir, que ha tenido momentos afines a la derecha y momentos afines a la izquierda.
Y luego está el kirchnerismo, que al ser un peronismo más cercano a la izquierda drenó el caudal de votantes de la izquierda tradicional.
Sin embargo, la coyuntura actual sería –al menos teóricamente– un caldo de cultivo ideal para un mejor desempeño de la izquierda: una crisis económica arraigada que alimenta la desesperación de los estratos sociales más bajos.
También, un contexto regional en el que los proyectos de tendencia izquierdista han triunfado en las elecciones de sus respectivos países.
Gabriel Boric, en Chile; Gustavo Petro, en Colombia; Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, por nombrar algunos de los más cercanos.
Sin embargo, en Argentina la izquierda parece perder terreno frente a una lógica fatalista —que gane el mal menor— que pretende culpar al votante de izquierda de una posible victoria de la derecha y lo acusan de «desperdiciar el voto».
De hecho, tras el furor del debate, empezaron a aparecer rápidamente comentarios que intentaban refrenar la intención de voto a Bregman aplicando esa misma lógica:
En palabras de la propia Bregman: «Al que tiene valores de izquierda, que tiene valores progresistas, feministas, solidarios, siempre le toca votar otra cosa. Ah, porque si vota lo que cree que tiene que votar, es un traidor intergaláctico».
¿Y ahora? El próximo domingo 8 de octubre se celebra la segunda edición del debate entre candidatos presidenciales. En esta oportunidad, debatirán sobre los tópicos de Seguridad, Trabajo y producción, y Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente.
Aunque se trata de un evento catalizador del debate político previo a las elecciones, que ya de por sí está bastante caldeado, la mayoría de los analistas coinciden en que su impacto en la intención de voto nunca es demasiado significativo.
De hecho, el 30 por ciento de los electores decide su voto entre una semana antes y el mismo día de las elecciones, según la encuesta permanente de opinión pública de la Universidad de San Andŕes.
Pese a todo, no deja de ser importante verlo y seguir de cerca las estrategias discursivas de los candidatos de cada espacio político que se preparan no sólo para las elecciones del próximo 22 de octubre, sino también para una eventual segunda vuelta.
Más información en Revista Anfibia.
🙅🏻♂️ «No fueron 30.000»
Qué he visto. El discurso del precandidato por La Libertad Avanza, Javier Milei, sobre el tópico ‘Derechos humanos y convivencia democrática’ del debate presidencial.
En él, Milei califica el proceso de dictadura cívico-militar que atravesó Argentina en la década de los 70, cuando el terrorismo de Estado cometió numerosos crímenes de lesa humanidad, como una guerra de dos bandos.
Según el candidato libertario, las fuerzas armadas del Estado y los grupos guerrilleros de resistencia, como Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), se enfrentaron en igualdad de condiciones.
Además, Milei definió la violación sistemática a los derechos humanos que caracterizó a este período dictatorial como «excesos» cometidos por las fuerzas del Estado.
También desconoció la cifra de detenidos-desaparecidos, asegurando que las víctimas fueron muchas menos de lo que se afirma.
El detalle. El clip con el discurso de Milei se hizo rápidamente viral en redes sociales, donde afloró que guardaba grandes similitudes con un discurso pronunciado por Emilio Massera, militar y dictador argentino condenado en 1985 a reclusión perpetua e inhabilitación absoluta por delitos de lesa humanidad.
«Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa. Y la guerra contra el terrorismo fue una guerra justa. Aquí hubo una guerra entre las fuerzas legales, donde si hubo excesos, fueron desbordes excepcionales, y el terrorismo subversivo, donde el exceso era la norma», dijo Massera en el Juicio a las Juntas de 1985.
«Para nosotros en los 70 hubo una guerra. Y en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos y por tener el monopolio de la violencia les vale todo el peso de la ley. Pero también los terroristas de Montoneros y el ERP mataron gente, torturaron gente, pusieron bombas, hicieron un desastre y también cometieron delitos de lesa humanidad», dijo Milei en el discurso del pasado domingo.
La clave. El negacionismo de los crímenes de la dictadura militar argentina (1976-1983), autodenominada ‘Proceso de Reorganización Nacional’, suele enfocarse en la batalla numérica por la cantidad de víctimas del terrorismo de Estado. Milei lo resumió en una frase: «No fueron 30.000, fueron 8.753».
8.753 fue la cantidad de denuncias que fueron recogidas durante los primeros años de democracia tras el régimen dictatorial por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que compiló el informe ‘Nunca más’ como parte de los esfuerzos para enjuiciar a los principales responsables.
Con el paso de los años, se fueron conociendo decenas de desapariciones no reportadas en ese primer informe que ilustran el abuso de poder sistemático que ejercieron las Juntas Militares.
El número 30.000 se construyó a partir de estimaciones de la cantidad de Centros Clandestinos de Detención que se descubrieron, y los números o letras con los que identificaban a las personas secuestradas.
En Argentina, la búsqueda de los desaparecidos en dictadura es un proceso todavía vigente, abanderado principalmente por las Abuelas de Plaza de Mayo.
Los 133 nietos recuperados son hijos e hijas de desaparecidos durante el proceso de dictadura que pasaron la mayor parte de su vida desconociendo su identidad.
Mientras tanto, cada 24 de marzo se conmemora el Día de la Verdad, la Memoria y la Justicia. En esta edición te conté un poco más sobre el proceso con ayuda de los versos de León Gieco.
Puedes ver más en La Tinta.
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En otro orden de cosas, los streams volverán la semana que viene, aunque no descartamos abrir un directo con el próximo debate presidencial argentino este domingo.
Stay tuned!
Feliz viernes,
Posdata: esta IA entendió perfectamente the assignment.
🇦🇷 Myriam, revulsiva de izquierdas