28 de julio | Moraira, Alicante
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🐦 La maldita X
Lo importante. Elon Musk puso fin esta semana a la marca Twitter deshaciéndose de su logo y su nombre para introducir al mundo X.
La plataforma ha ido deshaciéndose de sus pájaros azules a lo largo de los últimos días, aunque aplicaciones de X como la de iPhone mantienen pájaros y nombre Twitter.
El (supuesto) propósito de Musk es ir transformando X en una «todo app» que sirva para publicar xeets, enviar mensajes privados e incluso realizar pagos.
Pero nada de eso se ha materializado del todo todavía. Y la pregunta que ondea en las cabezas de los usuarios más leales a la antigua Twitter como yo es: «Pero en serio, ¿por qué?».
Explícamelo. El cambio de marca es en realidad una no-noticia. Nada ha cambiado sustancialmente en Twitter estos días. Los tuits siguen siendo tuits aunque ahora se llamen ¿xuits? Y el empeño de su dueño por ser el protagonista se mantiene tan constante como hace una semana.
Lo contaba muy elocuentemente Ben Thompson en su newsletter Stratechery al describir Twitter/X como una empresa que nunca ha apuntado muy alto porque:
Uno, es una plataforma sencilla que solo ha logrado permanecer en lo alto como tótem cultural por su capacidad de mantener a periodistas, opinólogos, políticos y académicos pegados al timeline.
Y dos, nadie ha conseguido encontrar nunca una forma de obtener beneficios con ella.
Cito textualmente a Thompson:
«La realidad para gran parte de la industria tecnológica [es que] las Big Tech1 son grandes, y todo lo demás es una nota a pie de página. Es un logro de los empresarios y de sus inversores, así como de los empleados y ejecutivos que siguen trabajando en construir ‘la próxima gran cosa’, y de aquellos de nosotros que escribimos sobre ello, que la grandeza de las empresas más importantes en la industria no desplaza por completo el debate de todo lo demás, pero a veces aparece una historia como la de Elon Musk y Twitter/X y todos nos enfrentamos a la incómoda realidad de que una buena parte de aquello por lo que todos nos obsesionamos realmente no importa, incluso, aparentemente, a su nuevo propietario».
¿Le importa realmente Twitter/X a Elon Musk después de tirar por el wáter la marca, el valor más preciado de la compañía por la que pagó 44.000 millones de dólares?
Demonios, Twitter tiene verbo propio («tuitear») en varios idiomas, algo impensable para la inmensa mayoría de marcas del globo.
Y su logo era reconocido y reconocible, un equilibrio de prestigio y repercusión solo al alcance de marcas como Nike o Apple, no una letra de una tipografía random que usaba uno de tus reply guys2 para su difunto podcast.
💡 La idea
¿Entonces? Nunca ha estado demasiado claro qué objetivo tenía Elon Musk con Twitter después de que los juzgados se quedaran cerca de obligarle a efectuar la compra. El periodista Charlie Wurzel ha dividido en tres las teorías por las que Musk «se ha cargado al pájaro», así que aquí van.
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