7 de octubre | Nueva York
Hola, charlie. Pandemia en la Casa Blanca.
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© The White House (Flickr)
🦠 Trump, contagiado
Lo importante: Este pasado viernes, Donald Trump anunció en Twitter que Melania Trump y él habían dado positivo por Covid-19, colocando de nuevo el foco de la campaña electoral en la pandemia y en la gestión por parte de su administración.
Y no, no son buenas noticias en absoluto para Trump. Biden arrasa en todas las encuestas que preguntan en qué candidato confía más el electorado para gestionar la crisis del coronavirus.
Punto caliente. Pero el problema para Trump no solo tiene que ver con cuál es el tema de conversación principal de la carrera, sino el contexto del mismo: el contagio se ha producido en la Casa Blanca. Y no ha sido un pequeño contagio.
Más de 20 personas relacionadas con la administración, o que han atendido a eventos organizados por la Casa Blanca en la última semana, han dado positivo por Covid-19 desde que la noticia del diagnóstico de Trump se hiciera pública.
El lunes, la Secretaria de Prensa Kayleigh McEnany también anunció su positivo.
Y al menos otros tres periodistas han dado positivo, generando críticas por parte de la prensa a McEnany por haber creado un espacio de trabajo inseguro.
El martes, el consejero de Trump Stephen Miller anunció su positivo.
También el martes, casi todos los líderes militares del Estado Mayor Conjunto se pusieron en cuarentena después del positivo del vicecomandante de la Guardia Costera.
¿Y qué pinta tenía la Casa Blanca este martes? Dejo que os lo expliquen Maggie Haberman y Annie Karni de The New York Times:
El Ala Oeste estaba casi vacía, limpia de consejeros que se encontraban fuera porque se pusieron enfermos por el coronavirus o porque les dijeron que trabajaran desde casa antes que desde el punto caliente del virus más famoso del país. Empleados en la residencia de la Casa Blanca vistieron equipo de protección personal completo, incluyendo trajes amarillos, mascarillas quirúrgicas y gafas protectoras.
Y todo después de unos días en los que la nación recibió mensajes contradictorios sobre el estado de salud real de Trump:
El viernes, Trump se trasladó al Centro Médico Walter Reed al norte de Washington D.C. Por pura precaución, decían.
El sábado, según su doctor, Trump ya presentaba signos de mejora y estaba respondiendo bien al tratamiento.
Pero el viernes, sus niveles de oxígeno habían caído en varias ocasiones y su estado llegó a ser preocupante, algo de lo que el público solo se enteró porque lo filtró a la prensa de forma anónima su jefe de gabinete, Mark Meadows.
(Y contradiciendo así lo que había dicho momentos antes el doctor de Trump).
El lunes, Trump volvió a la Casa Blanca.
El martes, su doctor dijo que Trump ya no mostraba síntomas y que se estaba recuperando muy bien.
Pero hasta este martes le han seguido medicando con tratamientos experimentales como remdesivir y el esteroide dexametasona, no precisamente para alguien que esté pasando el Covid-19 con síntomas leves.
Entre esa incertidumbre, Trump también hizo juegos políticos.
Primero, generó una nueva controversia al obligar a su equipo de seguridad a pasearle por los alrededores del Centro Médico Walter Reed para saludar a los seguidores que habían ido a apoyarle.
Esto, por supuesto, siendo portador del virus.
Segundo, confirmó estar lo suficientemente bien como para abandonar el Walter Reed y volver a la Casa Blanca, donde también hay un buen equipo médico, con las siguientes palabras:
“No tengáis miedo de la Covid-19. No dejéis que domine vuestras vidas”.
Pequeño recordatorio: en EEUU, más de 210.000 han perdido la vida por complicaciones de Covid-19.
Tercero, el lunes Trump volvió a la Casa Blanca y armó un espectáculo con su llegada a las 6:30 p.m., justo cuando empiezan los informativos de la tarde en las principales cadenas nacionales.
Trump hizo ese show con varios empleados y cámaras a su alrededor.
Incluso después de posar sin mascarilla frente a las cámaras, Trump volvió a entrar en la Casa Blanca, exponiendo a los que le acompañaban, según Kaitlan Collins, de CNN.
¿Y todo para qué? ¿Mostrar fuerza? ¿Haber conquistado al virus con el mejor equipo médico al alcance del ser humano? ¿Algo más? Saca las conclusiones que quieras de este vídeo que compartió el propio Trump poco después de su destacado protagonismo en los noticiarios:
En conclusión, un nuevo desastre político en un momento trascendental para el futuro electoral de Trump —y cuando más necesita remontar en su carrera presidencial contra Biden.
¿Y qué piensa la ciudadanía de todo esto? Según encuesta de CNN/SSRS, que Trump se ha comportado como un irresponsable por poner en riesgo a aquellos a su alrededor (63 por ciento).
Pero es que según otras encuestas publicadas estos días, el panorama pinta incluso peor para Trump en prácticamente todos los aspectos:
Ventajas de dos dígitos para Biden a nivel nacional.
Ventajas fuera del margen de error en estados clave como Pennsylvania.
Niveles de desaprobación cerca de máximos históricos.
Carreras senatoriales apretadas que no deberían estarlo.
Y un Joe Biden que está prefiriendo dejar que su rival se autodestruya.
Trump cerró su martes trágico con una retahíla de tuits que empezó con la confirmación de que le ha pedido a sus aliados que dejen de negociar con los demócratas del Capitolio un nuevo paquete de estímulo.
Una absurdez teniendo en cuenta que millones de ciudadanos llevan meses pidiendo nuevos salvavidas y que un paquete de ayudas sería tremendamente popular en estos momentos (¡y a cuatro semanas de las elecciones!).
El universo político de D.C., lejos de los republicanos del establishment solo preocupados por la confirmación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para el Supremo, respondió de forma casi unánime a la decisión de Trump:
Está enterrando sus posibilidades electorales al rechazar aceptar una victoria fácil con la que cerrar su segundo mandato.
Y la bolsa, ese parámetro que tanto le gusta a Trump, tampoco se lo tomó bien:
Las preguntas que hay que hacerse ahora tienen que ver con los tiempos antes, durante y desde el primer contagio conocido, el de la consejera Hope Hicks del jueves pasado:
¿Cuándo se hizo Trump su último test negativo?
¿Cuándo se enteraron del primer positivo en la Casa Blanca?
¿Cómo rastrearon a los posibles contagios?
¿Fue Trump un supercontagiador?
¿Asistió Trump a eventos teniendo síntomas?
¿O esperando resultados?
¿Está de verdad bien Trump?
¿Desea saber más? En serio, lee a Haberman y Karni porque su repaso de lo que se está viviendo en la Casa Blanca estos días es el mejor reflejo de lo que es y ha sido esta presidencia de Trump. Y también el Times tiene una buena cronología de los movimientos de Trump antes de anunciar el positivo.
🤓 Qué están leyendo en…
Washington D.C.: ‘La economía era la única ventaja de Trump. Ahora puede que la haya desperdiciado’, por Nate Silver en FiveThirtyEight (en inglés; 4 minutos).
En unos pocos párrafos, Silver resume con datos lo que os llevo contando desde hace meses: Trump puede ganar si se centra en el mensaje económico, los datos absolutos de desempleo mejoran y la preocupación en torno al Covid-19 se diluye lo suficiente en el tramo final de las elecciones. Bueno, pues las tres cosas podrían haberse ido todas al carajo en cuestión de días. Primero, por el positivo del presidente. Y después, por decir que no a seguir negociando por sacar adelante un nuevo paquete de estímulo que impulse la economía (y ayude a los más vapuleados por estas crisis pandémica y económica). Perder por perder.
Silicon Valley: ‘Una generación entera de votantes está en TikTok, pero Biden y Trump los están desatendiendo’, por Connor Perrett en Business Insider (en inglés; 13 minutos).
Artículo previsible donde los haya. Y no tanto porque Biden y Trump sean septuagenarios muy alejados de los ritmos de TikTok y sus audiencias zeta, sino porque sus campañas carecen de la autenticidad que triunfa en la plataforma estos días. Pero la ausencia de los candidatos no significa que TikTok no tenga también usuarios con la política como bandera, en especial ahora que el cambio climático y la justicia racial, asuntos que tanto preocupan a los más jóvenes, han cobrado especial relevancia en junio con las protestas y en septiembre con la llegada de huracanes e incendios. El artículo de Perrett explora ese aspecto y el de una nueva generación de políticos y activistas que se están adaptando a los nuevos formatos para llegar a los jóvenes.
Hollywood: ‘Las 100 secuencias que moldearon la animación’ por Eric Vilas-Boas y John Maher de Vulture (en inglés; 3 horas).
Espectacular lista de Vulture, desde donde siempre sorprenden cada cierto tiempo con un reportaje de estas características. Es un repaso exhaustivo a 100 secuencias, y por tanto no películas o series completas, que de alguna forma han definido la evolución del género animado a lo largo de más de un siglo. Lo mejor es que todas las escenas tienen su correspondiente vídeo, ofreciendo una ventana a momentos determinantes de la historia del medio a través también de textos escritos por expertos, animadores e historiadores. Siendo sincero, no he visto la mayoría de las películas y series mencionadas, pero me encanta la variedad que existe y lo bien que han intentado repartir agradecimientos (Ghibli, Disney). Mi favorita: la lucha entre Maléfica y el príncipe en La bella durmiente, una de mis películas preferidas.
😆 Quitándole la gracia
Robert Pattinson es el nuevo Leonardo DiCaprio de los memes, al menos durante el último mes. Ha sido gracias a una instantánea que publicó en 2017 el cineasta Josh Safdie con motivo del estreno de la película Good Time, un thriller protagonizado por un Pattinson muy alejado de sus papeles de estrella adolescente del pasado.
En la imagen, el actor aparece en chándal plantado en medio de una cocina tremendamente aburrida y con un gesto de estupefacción perfecto para estos tiempos. Miles Klee lo resume en MEL Magazine:
“La extraña expresión de Pattinson captura la incertidumbre de cómo reaccionar en medio de una pandemia y de tal convulsión política: la pose artificial y antinatural de alguien preparado para otro giro narrativo más”.
Aquí, algunos de los mejores memes al respecto:
Pero también hay un buen DiCaprio esta semana, charlie:
Y en vídeos e imágenes que te alegrarán el día:
Por qué los perros son adorables, parte CXIII.
Todas las madres hacen lo mismo a las 7 de la madrugada.
Las mascarillas van camino de ser un problema.
Un necesario vídeo de oranguntanes chiquitines.
Una recreación de Jurassic Park por dos titanes.
Un gran personaje lofi beats de Star Wars.
Un buen meme de Willy Wonka.
Un buen meme del Among Us:
🤩 Un vídeo para gozarlo con TikTok
420doggface208 es un usuario de TikTok llamado Nathan Apodaca que se hizo viral hace un par de semanas con el vídeo que encabeza este párrafo. Es tan sencillo como luce. Apodaca está subido en su skate bebiendo zumo de arándanos y frambuesa de la marca Ocean Spray al ritmo de ‘Dreams’ de Fleetwood Mac. El vídeo acumula más de 20 millones de visualizaciones en TikTok y ha catapultado de nuevo a la canción de la banda británico-estadounidense a las listas de éxitos.
Apodaca tiene algún que otro greatest hit, como este de Avril Lavigne, pero hay otros que han se han inspirado en él para repetir con ‘Dreams’. Y los hay muy buenos, como este de una señora con un martini gigante, este de un pavo con la máscara de Scream, este de una chica por las vías del tren, y este otro de unos militares estadounidenses paseando en helicóptero:
El fenómeno ha sido tan grande que el propio Mick Fleetwood, batería del grupo, se grabó este fin de semana recreando el vídeo viral de Apodaca en el que ya es un clásico instantáneo del universo TikTok:
👋 Y para terminar...
Una recomendación. Empecé esta semana con Emily in Paris, la nueva comedia romántica de los creadores de Sexo en Nueva York con Lily Collins en el papel protagonista. Muy fácil de ver, aunque dentro de todo lo previsible que cabría esperar de una serie del género (¿no es eso lo que uno busca con títulos de este estilo?). Apúntate a verla por el carisma (y la adorabilidad) de Collins, quédate por el vestuario. Y poco más, la verdad.
Hasta la semana que viene.
🦠 La semana en la que el Covid-19 despertó a Trump del sueño