

Descubra más de La Wikly de Emilio Doménech
🪖 La velocidad de las guerras
Y también: lecturas de cámaras de vigilancia y millennials sin niños
6 de noviembre | Madrid
📬 Esta semana, volvemos a colaborar con nuestros amigos de Revista 5W.
En esta entrega, el director de la revista Agus Morales se pregunta por qué aceptamos la inevitabilidad de las guerras a este ritmo vertiginoso con el que se desatan.
🕰️ Leer esta newsletter te llevará 5 minutos y 36 segundos.
👋 Aguanta hasta el final para una venganza necesaria. Bienvenido a La Wikly.
🪖 La inevitabilidad bélica
Por Agus Morales
He pasado las últimas semanas haciendo una cobertura periodística en Ucrania con una sensación extraña. El inicio de mi viaje coincidió con el ataque de Hamás. En cada día de reporteo sobre personas desplazadas a causa de la invasión rusa de Ucrania, la ofensiva israelí contra Gaza se recrudecía y asesinaba a más palestinos. Pensé, como ¿buen? periodista, que estaba en el lugar incorrecto. ¿Pero cuál es el lugar correcto? ¿Aquel al que todo el mundo mira?
Estos días me han hecho reflexionar sobre la velocidad a la que consumimos las guerras. Cada vez somos más voraces. El conflicto de Ucrania era el más mediático del momento y ocultaba a todos los demás. De un plumazo, pasó a un segundo —o último— plano: cuando Gaza ruge, el resto del mundo se para, que diría Mikel Ayestaran.
La exposición mediática desigual no solo tiene efectos sobre el conocimiento del público, sino sobre la psicología del reportero. Esta última cobertura en Ucrania me dio mucho menos miedo que las anteriores (no acostumbro, de todas maneras, a ir al frente o a exponerme demasiado). El motivo es simple: cuando algo está en boca de todo el mundo, te llegan esos mensajes tranquilizadores que solo consiguen alertarte del lío en el que te estás metiendo: “Cuídate, amigo”. Esta vez me llegaron muy pocos. Como si la guerra de Ucrania se hubiera detenido.
Hemos convertido la guerra en un ultraprocesado, pero si bien la industria alimentaria ha conseguido engancharnos a sus productos, los medios de comunicación son tan machacones y poco seductores que acaban fatigando al público más bienintencionado. Afganistán hasta en la sopa después del 11-S —y nadie se explica que los talibanes volvieran al poder veinte años después—, Irak hasta en la sopa en los primeros compases de la invasión estadounidense —y un apagón hasta que germinó Estado Islámico—, Gaza hasta en la sopa con cada invasión israelí —y nada o poco entre una y otra—, Ucrania hasta en la sopa… ya veremos hasta cuándo.
A menudo, unas guerras tapan a las otras. La caída en el olvido de Afganistán coincidió con la invasión de Irak en 2003: fue incluso una distracción militar para Estados Unidos, que trasladó de un lado a otro a muchas de sus tropas. Lo de Ucrania con Gaza lo acabamos de ver. Hay algo que me llama poderosamente la atención en este arco bélico del siglo XXI: las apelaciones constantes, que maman de la Convención de Ginebra, al derecho internacional humanitario. El marco político creado tras la Segunda Guerra Mundial ya no sirve para poner orden en el mundo. El objetivo de tal invocación es noble, y lo comparto: hay que limitar las consecuencias de las guerras. Pero en Afganistán se atacaron hospitales y escuelas, igual que en Irak, en Mozambique, en Siria, en Etiopía, en Sudán del Sur, en Yemen, en Ucrania o ahora en Gaza. No conozco ninguna guerra reciente que respete el derecho internacional humanitario. Quizá tal guerra no haya existido nunca.
Me asusta pensar que el derecho internacional humanitario ya no sea una tirita necesaria para un mundo que no para de sangrar, sino un instrumento que valide las guerras. Sin dejar de pedir que se respete, quizá ha llegado el momento de centrar los esfuerzos en la prevención y la solución de los conflictos. Es escalofriante cómo aceptamos la inevitabilidad de las guerras, cómo hemos interiorizado que la violencia colectiva forma parte de la vida. De la misma manera que los sistemas legales democráticos no consienten el asesinato —aunque sea en respuesta a otro—, tampoco debería parecernos ni moral ni legal cualquier tipo de asesinato colectivo.
Las guerras pasan por delante de nuestros ojos —en las redes sociales, en la televisión, con suerte en alguna crónica— a toda velocidad, pero sus consecuencias son cada vez más longevas. Estamos en el momento de la historia con más personas desplazadas a causa de la violencia —más de 100 millones— no ya por la aparición de nuevas guerras, sino porque las cicatrices de las antiguas no se cierran. La ofensiva israelí contra Gaza es particularmente cruel, porque obliga a abandonar su casa a una población que en su mayoría ya es refugiada. Aunque ha pasado desapercibido, hay otro colectivo refugiado de larga duración que sufre un momento dramático: Pakistán ha dado un ultimátum para que los más de 1,7 millones de afganos que residen en su territorio sin estatus de refugiado abandonen el país.
Las historias de estas personas atraviesan lustros, décadas. Un día son noticia y al siguiente motivo para cambiar de cadena. Pero son las que mejor cuentan de qué está hecho el mundo en qué vivimos. No importa que los focos de la actualidad los alumbren o los dejen en la sombra: tienen la fuerza de la verdad.
Puedes leer más de Agus Morales en Revista 5W.
🛩️ Con LEVEL
Lo importante. La aerolínea de bajo coste y largo radio LEVEL ofrece vuelos baratos a destinos como Nueva York por menos de 400 euros (¡ida y vuelta!). Un par de recomendaciones broadwayeras para hacer en Manhattan esta Navidad:
Moulin Rouge es uno de los musicales de moda en Broadway y una oportunidad única (y diferente) para reencontrarse con el clásico de Baz Luhrmann (y con nuevos temas icónicos que complementan la banda sonora original).
Ellen's Stardust Diner es uno de los restaurantes más emblemáticos de Times Square y una ventana deliciosa al mundo de Broadway con camareros que paran de servir para cantar canciones míticas de musicales durante las comidas.
¿Mi recomendación? Reserva ya tu vuelo con LEVEL para pasarte por Nueva York a disfrutar del mejor otoño posible.
Busca tu vuelo perfecto a las Américas en LEVEL.
🗞️ Lecturas recomendadas
📹 Unas cámaras de inteligencia artificial se adueñaron de una pequeña ciudad estadounidense. Ahora están en todas partes
404 Media (en inglés; 16 minutos)
🇮🇱 Qué debe hacer Israel ahora
Vox (en inglés, 32 minutos)
🎬 El complejo de Napoléon de Ridley Scott
The New Yorker (en inglés; 36 minutos)
👨👩👧👦 Los millennials no tienen hijos. Estas son las razones.
The Washington Post (en inglés, 18 minutos)
En otro orden de cosas, esta semana estoy en plena promoción de ‘Gabinete de crisis’, el programa que presento y que se estrenará muy pronto en laSexta, así que todavía no tengo claro cuándo podré hacer directos, pero intentaré que sean a partir de las 19:00 CEST miércoles y jueves.
Mientras tanto, aquí va un avance del programa:
Feliz domingo,
Posdata: bien hecho, Pollo Pitidos®.