30 de agosto | Alcoy
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🇮🇹 Crisis sin fin
Por Anita Pereyra
Guardacostas italianos rescataron la semana pasada a 539 migrantes, muchos de ellos mujeres y niños, de una embarcación a la deriva cerca de la isla Lampedusa.
La isla es uno de los principales puertos a los que arriban personas que desean emigrar a Europa. Tiene un campamento que fue diseñado para albergar a 300 personas, aunque actualmente hay más de cinco veces ese número.
Los migrantes provenían de Libia, país destrozado por una guerra civil y la intervención extranjera, en un intento desesperado por obtener asilo en Europa.
Pese a ser el país africano con mayores reservas de gas y petróleo, Libia es actualmente incapaz de dispensar a sus ciudadanos los servicios indispensables para su supervivencia.
Unicef advirtió a primeros de mes que cientos de miles de niños en situación vulnerable corrían el riesgo de perder el suministro de agua como consecuencia de los continuos ataques a las instalaciones de tratamiento y depuración.
Libia también lleva cinco años arrastrando una crisis eléctrica, que combina los daños y sabotajes a la red pública de distribución con el aumento de temperaturas, que genera una dependencia mayor a dispositivos eléctricos de refrigeración.
Todo, agravado por condiciones sanitarias deplorables, poca accesibilidad a la educación y la amenaza constante de inseguridad bajo la que intentan vivir los ciudadanos de un país en guerra desde hace una década.
Un par de semanas atrás, guardacostas tunecinos rescataron a un centenar de inmigrantes que intentaban cruzar ilegalmente el Mediterráneo antes de sufrir una avería en el bote.
Más de la mitad provenían de Sudán, un país que atraviesa una grave crisis económica y enfrenta una dura escasez de productos básicos como harina y combustible, mientras que la tasa de inflación supera el 400 por ciento.
Hace poco más de una semana, la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) denunció el trágico naufragio de una embarcación que zarpó con 54 personas rumbo a las Islas Canarias. Después de dos días en el mar, una falla en el motor dejó a los pasajeros varados sin agua ni comida durante casi 15 días.
Cuando la guardia costera de Mauritania localizó la embarcación, solo siete personas a bordo estaban vivas.
Más de 1.000 migrantes murieron o desaparecieron intentando cruzar el Mediterráneo desde comienzos del 2021, según las últimas estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones, agencia de Naciones Unidas.
De hecho, a finales de mayo, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU instó a través de un informe a Libia y a la Unión Europea a revisar sus operaciones de rescate.
Argumentan que las políticas existentes "no dan prioridad a las vidas, la seguridad y los Derechos Humanos" de las personas que intentan cruzar desde África.
La situación es un complejo entramado de culpas y responsabilidades en el que la burocracia internacional malgasta tiempo que muchos inmigrantes desesperados no pueden darse el lujo de perder.
Más información en France 24.
🌪 Ida toca tierra
El huracán Ida de categoría 4 aterrizó este domingo en el estado de Louisiana con vientos de más de 240 kilómetros por hora, a apenas unos pocos de alcanzar la categoría 5 que sí tuvo el Katrina.
Katrina fue un devastador huracán de categoría 5 que arrasó la ciudad Nueva Orleans hace exactamente 16 años por culpa de los fallos en el sistema de diques que protegía la ciudad.
Ida dejó sin luz a Nueva Orleans después de que los vientos desplomaran la mayor torre de transmisión de la ciudad y la tiraran al río Mississippi. Las autoridades estiman que serán días, e incluso semanas, antes de que cientos de miles de personas puedan recuperar la electricidad.
Las ocho líneas de transmisión que llegan a la ciudad de Nueva Orleans estaban inoperativas en la noche del domingo.
Las autoridades todavía no se atreven a hacer valoraciones sobre los daños que ha podido hacer Ida a la infraestructura de Nueva Orleans y otras áreas del sur de Louisiana, pero por ahora no se conocen daños importantes.
Más información en NOLA.
🇦🇫 Vuelven los drones
El Pentágono llevó a cabo este domingo un ataque de dron para repeler potenciales ataques terroristas contra el aeropuerto internacional de Kabul. Horas después, medios locales e internacionales se hicieron eco de civiles fallecidos a causa de las explosiones.
Hasta diez civiles afganos podrían haber muerto en el ataque, incluidos varios niños.
Las autoridades estadounidenses confían en que ningún civil murió en el ataque de dron, pero que las explosiones detonadas por el coche bomba neutralizado sí pudieron haber provocado daños colaterales.
Estados Unidos sigue llevando a cabo operaciones de evacuación, aunque ahora la prioridad está en sacar a las miles de tropas que todavía protegen el aeropuerto de Kabul con la ayuda sorprendente de los talibanes y la amenaza constante del Estado Islámico Khorasan.
Miles de afganos se han quedado a las puertas de poder abandonar Afganistán en uno de los vuelos militares de EE.UU., que desde hace dos semanas ha sacado del país a más de 117.000 personas, la mayoría civiles afganos.
Más información en Al Jazeera.
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Feliz semana,
🌊 La crisis migratoria en el Mediterráneo sigue cobrándose vidas